—I saw the truth and I told the truth. How can that be wrong?
—Truth is everything. But before you give it to another ask yourself: are you giving them clarity, light and purpose? Or are you shifting a burden to someone who needs all their strength?
The Prince Dragon, 6x06.
La sinceridad y la consideración no son valores opuestos, sino complementarios, se necesitan recíprocamente para expresar lo mejor de sí. La consideración no es paternalismo ni falsedad si se practica bien. Por consideración aquí entiendo que se produzca una adecuación, un encaje entre lo que es demandado y lo que se ofrece en respuesta. Voy a poner un ejemplo.
Una amiga recientemente, por las razones que sean, ha perdido peso de forma notoria y se siente incómoda e insegura sobre su cuerpo. Se pone una prenda de ropa y te pregunta, nerviosa: “Me he quedado sin pecho, ¿a que sí? Esta prenda ya no me queda nada bien. ¿Qué piensas?”.
Sinceridad no es contestar, de forma cruda y directa: “Es cierto, has adelgazado y se nota, efectivamente ha disminuido la talla de tu pecho y esa prenda te quedaba mejor con la figura corporal que tenías antes, ya no te vale”.
Aunque eso pueda parecer la “verdad objetiva”, hay un problema importante: tu respuesta no se habría adecuado a lo que de ti se demandaba. Tu amiga no quería que le confirmases algo que le pueden decir la báscula y el espejo. Una respuesta de ese tipo no es la que asume que tu amiga es suficientemente madura como para “soportar” la verdad; al contrario, es la más paternalista: es la que asume que tu amiga no es capaz de constatar los hechos y que necesita tu visión privilegiada de la realidad.
El lenguaje es siempre eficaz, nunca redundante, aunque pueda parecerlo; si te lo parece, es porque probablemente no has captado todas las intenciones que subyacen al acto comunicativo que acabas de presenciar. Precisamente, si lo obvio es que tu amiga ha adelgazado, asumir que es una persona con capacidad de inteligir la realidad te tiene que llevar a entender que lo que te está preguntando, en realidad, no es eso.
Tu amiga, probablemente, te está expresando su inseguridad y preguntando implícitamente si crees que, pese a los cambios físicos, ella es válida, merece ponerse esa prenda si le gusta y tú la sigues viendo bella o atractiva (en sentido amplio, como persona). En este sentido, la consideración tampoco se estaría realmente dando si tu respuesta hacia tu amiga fuese una mentira ingenua (“¡Qué va! ¡Si ni me había dado cuenta de que habías adelgazado!”).
En síntesis: la sinceridad no es un valor simple ni se practica de forma inmediata (no se reduce a “decir la verdad”; más bien, la cosa es: ¿sobre qué verdad se te está preguntando en el contexto en cuestión?), para distinguirse del puro no-filtro tiene que comportarse como un compuesto de valores.